domingo, 22 de agosto de 2010

Pero detrás de toda acción había una protesta, porque todo hacer significaba salir de para llegar a, o mover algo para que estuviera aquí y no allí, o entrar en esa casa en vez de no entrar o entrar en la de al lado, es decir que en todo acto había la admisión de una carencia, de algo no hecho todavía y que era posible hacer, la protesta tácita frente a la continua evidencia de la falta, de la merma, de la parvedad del presente. Creer que la acción podía colmar, o que la suma de las acciones podía realmente equivaler a una vida digna de este nombre, era una ilusión de moralista. Valía más renunciar, porque la renuncia a la acción era la protesta misma y no su máscara.

3 comentarios:

Melodías vibradoras dijo...

Esto me hace pensar que tengo que dejar de protestar tanto por todo Mel, pero posta que se me hace imposibleee.!

Anónimo dijo...

Oola soy nueva en tu blog me gusto mucho te sigo.

Mal atendida dijo...

QUÉ BUENOS MENSAJES QUE TRANSMITÍS CHE! ME ENCANTÓ MELI.

UN BESO GRANDE, TE INVITO AL MÍO, http://malatendida.blogspot.com :)